
Menudo pitorreo.
Se habla mucho de lo malo que es para España que suba la prima de riesgo porque eso supone que nos cuesta cada vez más financiarnos. Endeudarse es cada vez más caro pero endeudarse es nuestra filosofía de vida, la que nos han inculcado todos los gobiernos que hemos tenido.
Ahora bien, el problema de tener que pagar cada vez más interés por colocar nuestra deuda al prestamista, que es cualquier ahorrador, va más allá.
El denominado efecto crowding out es aquel por el cual los recursos de una economía se alejan del sector privado para ser absorbidos por el sector público.
El proceso es tan sencillo como demoledor para una economía: el Estado se endeuda, el Estado necesita pagar su deuda, el Estado tiene que subir la remuneración a sus acreedores, los tipos de interés suben, los ahorradores acuden a financiar al Estado porque éste ofrece intereses cada vez más atractivos y dejan de invertir en empresas, hay empresas que tienen que cerrar o reducir costes, crece el desempleo, no hay consumo, el Estado recauda menos impuestos al disminuir el número de asalariados y el volumen de transacciones económicas. Este proceso es como una burbuja por la cual el Estado lo engulle todo.
La culpa de todo, el llamado Estado del Bienestar. No es que deba desaparecer pero para que se mantenga en el tiempo es necesaria una gestión adecuada y, sobre todo, una concienciación social de lo que nos cuesta mantenerlo.
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Quizá estemos ante una de las páginas más originales de Internet. Y mira que lleva tiempo. Se trata de un muchacho que se fotografía todos los días y pone su foto en la Red para que el mundo entero vea cómo va cambiando. La verdad es que su constancia y su mérito tendrán su compensación cuando sea un anciano y pueda ver la pinta que tuvo en las distintas etapas de su vida.
http://www.c71123.com/daily_photo/
Hay que reconocer que son unos profesionales. Unos maestros de la manipulación. Más que una pregunta parece una afirmación. Traducido a cristiano: "Zapatero ha decepcionado a sus votantes y la culpa es de la derecha que ha impuesto su ideología".
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Últimamente el gobierno está demasiado preocupado por nosotros. Por la ciudadanía. Si no nos dejan fumar en lugares públicos, es por nuestro bien. Si no nos dejan circular a más de 110 es por nuestro bien. Si nos suben los impuestos, también es por nuestro bien. Evidentemente esto se lo creen 2 de cada 10 españoles.
Sin embargo, nadie nos pregunta qué entendemos nosotros por “nuestro bien”. Sería bueno que hicieran unas elecciones generales para que no eligiéramos al encargado de gobernar (y de decidir en cada momento qué es bueno para nosotros y qué es malo) sino lo que realmente queremos y, después, proceder a elegir al candidato que esté dispuesto a satisfacer nuestras necesidades que para eso somos los ciudadanos los que ponemos el dinero.
Al hilo del tema, llama poderosamente la atención el proteccionismo que tiene la banca privada. Que dentro de poco será toda la banca. Los gobiernos de varios países, incluido España, han ayudado económicamente a la banca con la excusa de que si el sistema financiero se hunde, nos hundimos todos. Esto no es propio de economías de mercado. Esto es hacer trampa porque no todas las empresas privadas gozan de ese beneplácito y normalmente cuando alguien gestiona mal su negocio, éste se va al garete.
No es de recibo que un gobierno esté ayudando a un banco porque “su beneficio ha caído” o porque “su beneficio ha crecido menos que el año anterior”. Los bancos son el negocio de la historia y no se concibieron para perder dinero. De hecho, no hay bancos que arrojen pérdidas y si los hay es por una gestión nefasta y porque detrás hay personas que se han llenado los bolsillos.
Y digo todo esto porque me parece mal que en España no sea suficiente la entrega de un inmueble (el que está en garantía) para saldar la deuda (hipoteca) con el banco. Caundo cambien las leyes que regulan este asunto podremos decir claramente que han hecho algo por nuestro bien. Y por los bancos no nos preocupemos que seguirán siendo un negocio rentable.
Si el banco no hizo bien su estudio de riesgo, es su problema. Los bancos se han dedicado a sobrevalorar inmuebles y a ofrecer a sus clientes más de lo que valían esos inmuebles ya de por sí sobrevalorados y, por supuesto, más de lo que el cliente podía pagar. Si los inmuebles hubieran seguido creciendo un 10% al año, los bancos seguirían con esta práctica voraz quitándose los clientes los unos a los otros. Pero cuando el mercado ha dicho basta y la morosidad se ha colocado en su cota más alta, han cerrado el grifo y han pedido ayuda a papá Estado.
Los políticos, que al fin y al cabo son los que nos gobiernan. No van a cambiar las leyes. De hecho, sólo políticos retirados o políticos sin posibilidades de gobernar defienden la idea de cambiar la ley en el sentido de que la entrega de la casa sirva para pagar la hipoteca.
Y es que los políticos reciben favores de los bancos así como los bancos han de recibir favores de los políticos. No cabe duda.
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Llamazares tacha de “inaceptable” la decisión del Gobierno para sanear las cajas de ahorros. “Esto no es una nacionalización, es una privatización, con dinero público, pero una privatización”, apostilló…
No le falta razón. El PSOE no llama a las cosas por su nombre. Hace falta tener cara para hablar de una “nacionalización” de las cajas cuando el propósito es que éstas se reconviertan a bancos (empresas participadas por capital privado). Lo que pasa es que este gobierno nunca ha llamado las cosas por su nombre y, en este caso, hablar de “nacionalización” implica hacer política de izquierdas (con un estado que interviene para salvar a las cajas) mientras que halar de “privatización” supondría todo lo contrario (dejar en manos privadas el destino de estas ruinosas entidades financieras).
En cualquier caso, la acción del gobierno, la llamen como la llamen, pone de manifiesto la necesidad de que las cajas sean gestionadas de otra manera. Todos sabemos que los convenios colectivos de las cajas son mucho mejores que los de los bancos, hasta el punto de que casi podemos decir que los empleados de las cajas superan en sueldo a los de los bancos y en materia de beneficios extraeconómicos tienen muchas cosas en común con los funcionarios. Asimismo, la llamada “acción social” no deja de ser una pantomima y los beneficios que pudieran tener las cajas siempre tuvieron oscuros destinos. Todo ello se traduce en elevados costes y escasa eficiencia.
El tiempo, una vez más nos ha enseñado que la gestión privada es mucho más eficiente y eficaz que la gestión pública. El Gobierno parece saber que el destino de las cajas (gestión pública) pasa porque éstas se reconviertan a bancos (gestión privada). Unos dirán que lo hacen porque “les obligan desde fuera” y otros dirán que el PSOE ya no es ese partido de izquierdas que era. Yo, sinceramente, ni lo sé ni me importa.
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