Buscador

viernes, 29 de enero de 2010

Las pensiones y el inútil de Zapaterito

Cuando un sistema de pensiones no es sostenible a largo plazo, parece que sólo quedan soluciones como bajar las pensiones o aumentar la edad de jubilación. El gobierno no contempla otras alternativas como compensar ese presunto déficit futuro a costa de reducir gasto público de otra índole, por ejemplo, destinando menos dinero a determinados Organismos Autónomos. Parece que lo que gusta a Zapaterito ahora es que trabajemos hasta los 67.

Hay ciertas materias que no sólo dependen del gobierno. La de las pensiones es una de ellas. Sin embargo, Zapaterito lanza estos días un globo sonda de esos que buscan ver cómo reacciona la población. En pocas horas me imagino que no tendrá duda de que el 90% de su ciudadanía está que trina pensando que la ansiada jubilación tardará 2 años más en llegar. Y es que, nos han inculcado de manera tan fuerte la idea de papá Estado, que ahora difícilmente nos van a convencer de que es mejor para todos trabajar dos años más o, lo que es lo mismo, estar dos años menos chupando del bote.

Todas las cosas tienen su lado bueno y su lado malo. En este caso, lo bueno es que la seguridad social ingresará más dinero (2 años más de cotizaciones por cada cotizante) y gastará menos dinero (2 años menos de prestaciones por cada cotizante). El lado malo se podría resumir en tres puntos:

1) Este país no es precisamente un ejemplo de empleo sólido y duradero, marco en el que podría ser razonable decir a un trabajador que se espere 2 años más para retirarse. Si el mercado laboral nos brinda 15 millones de puestos de trabajo, habrá 15 millones de cotizantes. No por jubilar a los mayores 2 años más tarde vamos a lograr más cotizantes porque mientras estos no se jubilen no van a dejar sus vacantes a los jóvenes, a los nuevos cotizantes. En este sentido, sigue siendo necesaria una reforma estructural del mercado de trabajo porque la clave está en posibilitar la creación de empleo, cosa que este gobierno no ha sabido hacer.

2) Aquí predomina el cutrempleo, la temporalidad y los despidos a edades difíciles. Esto nos lleva a que una buena parte de la población con los 50 ya cumplidos tiene que buscarse la vida en trabajos temporales de baja cualificación o suscribir convenios especiales con la seguridad social para cotizar de su bolsillo hasta la jubilación. Estas personas, por cierto, ya están costando dinero al Estado a través de las ayudas y subsidios que hay previstas.

3) Hay muchos trabajos en los que a los 60 años el individuo ya pide a gritos el cese de su actividad porque ya no puede más, ya sea por estrés o por exceso de trabajo físico. Mantener a estas personas trabajando dos años más es atentar claramente contra su salud. Tanto que dicen que no fumemos, que no bebamos, etc y... ¿qué pasa con el que lleva currando 40 años? Y... ¡qué coño! los que tengan un trabajo que no les haya supuesto una merma de salud, también tienen derecho a pasar sus últimos años sin trabajar.