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jueves, 23 de febrero de 2012

Dación en pago para TODOS


La dación en pago debería ser algo para todos; no sólo para unos pocos. El mercado inmobiliario es eso: un mercado. El mercado hipotecario es eso: un mercado. En los mercados todos los agentes han de tener la misma responsabilidad, los mismos derechos y las mismas obligaciones. En un mercado gana más el que más arriesga. Y pierde más el que más arriesga, como es lógico. Lo que no es normal es que unos agentes, en este caso los bancos, jueguen con ventaja y no pierdan. En este caso deben perder los bancos que fueron los que arriesgaron al conceder préstamos  a diestro y siniestro.

Hoy los banqueros están muy preocupados porque hay muchas personas que tienen una hipoteca pendiente cuyo valor es más alto que el precio actual de mercado de su vivienda. Si se instaura la dación en pago, esas personas podrían decir al banco: “aquí tiene usted su casa, que yo me voy a comprar otra casa mejor por menos dinero”. En cualquier mercado libre pasa eso y en este caso podemos decir que los bancos corrieron un riesgo otorgando préstamos sin control y ahora es normal que tengan pérdidas, de igual modo que tuvieron pingües beneficios en ese período en el que la vivienda subía a un ritmo del 15% anual haciendo rentable el hecho de conceder préstamos superiores incluso a la tasación de las casas.

El asunto es farragoso, máxime teniendo en cuenta que el precio de la vivienda está condicionado por la coyuntura financiera: si los bancos no dan crédito, no se compran pisos y su precio baja porque hay poca demanda. Por ello, nos encontramos con los bancos en el papel de agente económico culpable de que los precios de la vivienda subieran desmesuradamente, culpable de que hoy caigan y protagonista de lo que ha sido y es un mercado adulterado.

Lo que no tiene sentido es que el ministro invite a los bancos a ejercer la dación en pago como cortesía y sólo en supuestos en los que la situación familiar sea caótica, en los cuales sugiere estar 2 años sin pagar antes del deshaucio. En la sugerencia hay imprecisiones pues habla de familias en las que todos sus miembros estén en paro, no contemplando el caso de los que no tienen familia. Por otro lado, otorgar 2 años de impago, es prorrogar lo improrrogable, lo que sería tomado por muchos como período en el que vivir gratis en una casa que a la larga va a dejar de ser suya, por ejemplo, un inmigrante que piensa retornar a su país (luego, échale el guante).

La dación en pago para todos creo que es algo necesario para que la economía termine de tocar fondo y podamos hablar de inicio de una recuperación en un escenario nuevo  en un país cuyo crecimiento ha estado basado precisamente en el ladrillo. Que los compradores de viviendas cuyo precio está por debajo de la deuda entreguen estas al banco generaría un desplome en el precio de la vivienda. Los bancos verían caer sus beneficios y algunos entrarían en pérdidas. La banca tendría que replantearse su modelo de negocio al igual que las grandes fortunas, buscando el beneficio más en la empresa productiva que en la especulación. Incluso podríamos ver cierta redistribución de la riqueza a corto plazo a favor de los pobres, que tendrían en el mercado viviendas asequibles, y en contra de los ricos, bancos y empresarios que apostaron por la especulación inmobiliaria y que ahora acumulan inmuebles.

lunes, 13 de febrero de 2012

Reformas Insuficientes


De momento poco o nada ha hecho el gobierno para que las cosas cambien. Primero, han ido a lo fácil obligándonos a rascarnos el bolsillo con la subida del IRPF. Y muchos nos tememos más pronto que tarde una subida del IVA con la excusa de que hay que igualarse con otros países europeos. Después, han acometido la esperada reforma laboral en la que lo único que vemos es mayor facilidad para despedir a gente. Esto puede que mejore la productividad pero, desde luego, no crea empleo sino que favorece la sustitución de unos trabajadores por otros.


La reforma está pensada para que el típico cincuentón acomodado en su trabajo espabile o, de lo contrario, pueda ser sustituido por un joven con más ilusión. Pero esto no arregla el problema. El cincuentón, que tendrá casi imposible recolocarse, pasará a cobrar el desempleo, primero en forma de prestación y luego en forma de subsidio, lo que supone un gasto para el Estado. El joven, un día será cincuentón y correrá la misma suerte.

Para crear empleo, se trata de que la empresa en la que está el cincuentón crezca y necesite contratar más gente sin necesidad de echar a nadie. Para que la empresa crezca, es necesario que haya más clientes y, en el mundo que vivimos actualmente,  no sólo hay que mirar a los clientes de aquí sino a los de fuera. Hay que fomentar en consumo interno (bajando los impuestos) e incentivar las exportaciones.

Los españoles, seguimos esperando básicamente 3 cosas que no terminan de llegar:

1) Reducir las Administraciones Públicas eliminando cargos inútiles y duplicidades. A mi juicio, lo mejor sería quitar todas las competencias a las comunidades autónomas y, por qué no, hacer que desaparezcan. Cuanto más pronto mejor. Y el que no quiera ser español, que se vaya con su deuda a otra parte.

2) Reformar el sistema financiero para que de una vez haya crédito. Esta es la clave para reanimar la economía. El crédito fomenta la demanda y facilita la creación de empresas.

3) Hacer un guiño a los sufridos contribuyentes retirando definitivamente ciertas ayudas y subvenciones. Por ejemplo, a partidos políticos y sindicatos, los cuales deben financiarse con las cuotas de sus afiliados. Pero siguiendo con todas esa ristra de subvenciones a organismos y asociaciones de toda índole donde hay miles de individuos viviendo a la sopa boba costa de nuestros impuestos.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Religión y Ética

Antes "educación para la ciudadanía". Ahora "educación cívica y constitucional". Qué manía con inventar calificativos políticamente correctos. Mucha tontería es lo que hay, me parece a mí. Volvamos a lo que ha habido desde que vivimos en democracia: "religión" para los católicos y "ética" para el resto. ¿Qué había de malo en esas dos opciones? De lo que se trata es de que los chavales aprendan a comportarse bien en sociedad. La religión católica, al margen de que nos gusten o no las continuas alusiones a Jesucristo, inculca al alumno una serie de valores y no podemos negar que ayuda al individuo a ser mejor persona. Y quien no quiera que le adornen el mensaje con metáforas o no crea en lo divino, pues eso, que opte por Ética.