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domingo, 2 de octubre de 2011

Más educación y menos borreguismo

No hay gobierno capaz de frenar ese proceso según el cual los ricos serán cada vez más ricos y los pobres serán cada vez más pobres. Sin embargo el punto primordial en todo político de izquierdas es hacer hincapié en el reparto de la riqueza. Muchas veces aparecen personajes como Rubalcaba que tratan de parecerse a Robin Hood y prometen confiscar a los ricos para dárselo a los pobres. Pero los impuestos no son la solución porque los ricos saben cómo evitarlos y en casos extremos pueden llegar a cambiar de nacionalidad reduciendo a cero la recaudación del gobierno que intenta agredirles.

La lucha de clases sólo se puede equilibrar a largo plazo con políticas inteligentes que tiendan a igualar el nivel cultural de la sociedad. Se trata de reducir el número de borregos. Pero esto no interesa al político porque su principal arma es la demagogia y ésta se alimenta de borregos.

¿Cómo podemos hacer que los ricos cada vez sean menos ricos y los pobres obtengan más recursos para vivir? La clave es la educación.

En general los hijos de los ricos estudian menos porque viven con todas las comodidades y no ven el estudio como un medio para mejorar. Por el contrario, el hijo del pobre tiene un buen incentivo si se le asegura que estudiando va a tener éxito en la vida.

Si el gobierno pone los medios para que todos los niños tengan las mismas oportunidades educativas puede ser que dentro de 30 años los hijos de familias pobres sean personas demandadas por el mercado que aporten productividad al sistema. Todo ello, claro está, bajo un plan educativo modernizado, eficaz y eminentemente práctico, es decir, todo lo contrario a lo que tenemos ahora.