Ver, oír y callar...
En breve entra el verano aunque los días ya son propios del período estival invitando a salir de casa, sobre todo los fines de semana que es cuando la mayoría no trabajamos. Tendrían que existir razones de peso para renunciar al ocio que nos brinda un domingo. El próximo, por cierto, los catalanes tienen una cita con las urnas. Llegó el momento de votar el maltraído Estatuto de autonomía, primer y decisivo paso hacia la independencia o, cuando menos, hacia una España distinta con la idea de República como telón de fondo, como Zapatero promete a su abuelo cuando habla de él. Los catalanes decide. El resto, como si con nosotros no fuera la cosa, debemos ver, oír y callar…
El resultado de estas elecciones está cantado. Lo único interesante será evaluar el índice de asistencia y el avasallador voto positivo. Es como si en una comunidad de vecinos un buen día el presidente propone que los vecinos del quinto no paguen las cuotas mensuales y convoca una votación en la que sólo pueden votar precisamente los vecinos del quinto, entendiendo que son los principales afectados por lo que se está votando. Algo evidente pero no del todo cierto.
¿Qué va a pasar después de la votación?. En nuestro peculiar ejemplo, tras el más que previsible sí, llegará el presidente (que como dato meramente anecdótico mantiene un affaire con la del quinto C) y proclamará a los cuatro vientos que todo ha sido un éxito. El sí unánime a su propuesta le avala como un gran presidente. Los vecinos del quinto dejarán de pagar la comunidad y aquí paz y después gloria. Asimismo, el presidente aprovechará para arremeter contra los vecinos de los pisos de abajo que nunca quisieron que la propuesta prosperara y les hará ver que no tenían razón.
NOTA: Los otros vecinos que pidieron que pudieran votar todos los vecinos del edificio no cuentan. Esa propuesta quedó aparcada y esos vecinos arrinconados. El presidente dirige su mirada hacia otro lado aunque, de reojo, les observa alzando la barbilla.
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lunes, 12 de junio de 2006
Curiosa Democracia
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Tan malo como un separatista es un separador.
ResponderEliminarEn algunos periodos recientes, como los gobernados por el PP (y no solo en esos), hemos sido 'castigados' por no ser 'buenos votantes' de su partido con una reducción de inversiones en Cataluña, un hecho totalmente demostrado en el que además se ocultan o se tergiversan las balanzas fiscales de las autonomías. Se perseguía conseguir con el nuevo estatuto una situación parecida a la de los 'länder' alemanes y tal vez nos quedaremos muy cortos ¿Que tiene de malo pedir esto?. Prefiero tener como referencia a Alemania que a México, que es lo que me recordó ver aquel enorme banderón en Madrid, como el de la pláza del Zócalo de Mexico capital.
Tenemos todo el derecho a modificar esta situación, y que algunos catalanes quieran definirse como nación, que no es ninguna situación de conflicto, por lo mismo que la reina Isabel de Inglaterra puede mencionar en un discurso a 'la Nación Escocesa' sin que pase nada.
Ser español no es el folklorismo que tu piensas.