CataluÑa

una nación travestida

"De modo natural, muchos ciudadanos y ciudadanas sienten a Cataluña como una nación". He aquí la formula magistral que estábamos esperando desde el día en que el Doctor Zapatero anunció haber dado con la pócima.

Había que meter el término Nación en el preámbulo del Estatut y lo mejor, pensó, era hablar de nación como deseo de "muchos" (aunque quizá sean "algunos") más que como una realidad. Señores nacionalistas catalanes: les otorgamos una situación de hecho pero no de derecho.

No cabe duda de que la fórmula es brillante pero, como nos podíamos imaginar, los políticos catalanes no tragan. No es eso lo que querían y nada tiene que ver con lo que les prometió Zapatero cuando sólo era un aspirante a presidente con pocas opciones. Mientras el Estado español tenga la batuta, los políticos catalanes tendrán dificultades para hacer y deshacer, para imponer sus normas y... para chupar del bote, claro, que es de lo que se trata.

Pero aparte de las ambiciones personales de los políticos, que normalmente son muchas y si son catalanes son todavía más, hay que reconocer que la frasecita propuesta suena un poco a pitorreo desde la perspectiva del interesado.

Por establecer un parangón, es como si le decimos a un travesti que es "un señor que se siente mujer" cuando, a buen seguro, esta persona desearía que lo denominaran "mujer" directamente. Claro que hoy por hoy le dará igual su denominación porque, le consideren hombre o mujer, ya se puede casar con un hombre gracias a Zapatero. Por estos derroteros podemos pensar que irá en buena lógica el asunto de Cataluña. Según parece, El término 'nación' sólo figurará en el preámbulo, y en el articulado se incluirá 'nacionalidad'.

Señores separatistas: "Ustedes no son una nación pero sienten a Cataluña como nación. Por lo demás no se preocupen porque poco a poco les iremos dando todo lo que quieren garantizando así su independencia".