Somos muchos y se vive mal
La Comunidad de Madrid ha registrado un aumento de 1 millón de habitantes en el plazo de 10 años.
El ritmo de crecimiento de la población no se ha estabilizado y sigue creciendo. Es bastante lógico pensar que detrás de muchas cosas consideradas por la sociedad como negativas está este hecho. Por ejemplo, el elevado coste de la vivienda es debido a que existe mucha demanda. No se hagan líos: al margen de que pueda haber o no especulación (que la hay) no sería posible un incremento de precios sin demanda. Es obvio que cuantos más seamos, más caro estará el hecho de reservarnos un espacio vital, o sea, una vivienda.
Otras repercusiones negativas del exceso de personas en una zona concreta, en este caso Madrid, son:
1) Efecto demoledor sobre los salarios. El único patrimonio de la mayoría de los mortales es su trabajo. Cuando hay mucha oferta de factor trabajo, el empresario se puede permitir pagarnos menos porque tiene donde elegir.
2) Delincuencia e inseguridad ciudadana. Como no hay recursos para tantos, siempre hay un grupo de personas que subsisten sin trabajar, o sea, robando al que se gana la vida honradamente. También los hay que trabajan pero no precisamente en beneficio del resto, dedicándose al tráfico de drogas, armas, personas, etc...
3) Problemas de convivencia. El hecho de vivir hacinados provoca incomodidades y enfrentamientos entre los ciudadanos. También implica que el individuo incivil y molesto pasará menos desapercibido potenciando su carácter distorsionador.
4) Aglomeraciones, estrés, crispación. El borreguismo (muchas personas haciendo las mismas cosas en las mismas fechas o en las mismas horas) nos lleva a situaciones cotidianas como los atascos o los tumultos cada vez más frecuentes en el transporte público. Todo ello implica una situación de opresión que interfiere en el bienestar y en la salud de las personas.
5) Otras muchas. Se podría escribir un libro...
Finalmente, sólo queda determinar de dónde viene EL PROBLEMA. Cuando una población crece de manera desmesurada puede ser por tres factores: (1) elevada tasa de natalidad, (2) aumento de la esperanza de vida (envejecimiento de la población) o (3) inmigración descontrolada.
Es tarde para buscar responsables o para nombrar culpables. Ahora es el turno de los expertos y de los gobernantes a quienes corresponde dejarse de demagogias baratas, decidir cómo solucionar EL PROBLEMA y actuar.
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sábado, 25 de marzo de 2006
El Problema
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