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lunes, 26 de septiembre de 2005

Ni hablar del peluquín...

La moda calvorota

Hace años ser calvo era una putada. Quien era calvo y, encima, no lo escondía pelándose al cero, caso Kojak, era visto como un tipo peculiar. Eso parece haber cambiado. Hoy los calvos salen del armario.

En los años 90 personas famosas como Michael Jordan (y jugadores de la NBA en general) o Roberto Carlos (y otros futbolistas), pese a no estar mal de cabellera, un día decidieron afeitarse la cabeza en un gesto que implícitamente les solidarizaba con aquellos que tienen problemas de alopecia. Esos señores merecen un reconocimiento, un homenaje o un "algo" por parte de los calvorotas.

Hemos llegado al siglo XXI y la moda del rape al cero aún perdura. Supuso el adiós definitivo a horteradas como el bisoñé o el peluquín. El que era calvo no tardó en apuntarse a esta tendencia y se cortó el poco pelo que rodeaba su brillante cabeza con el premio de ser apodado por sus amigos con motes tan gratificantes como Ronaldo.

Mientras, las modas del cabello han seguido avanzando y observamos ciclos de unos cinco años en los que se alterna el pelo corto con el pelo más largo (fase en la que ahora estamos) pero estos ciclos y estas modas se centran en los que aún tenemos pelo porque los calvos ya tienen su moda perpetua y ésta nunca pasará.

Chiste:
Un joven le dice a un calvo:
- ¡Calvo!... que se te transparentan las ideas...
Y el calvo responde:
- ¿A que pone hijoputa?


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