Me he dado de alta en www.listarobinson.es con el fin de que dejen de molestarme con el maldito spam telefónico. Al darte de alta hay una opción para enviar un comunicado a distintas empresas a través de un buscador. Si pones Telefónica, aparece la empresa y le envían un eMail automáticamente. Si pones otras compañías, incluidas las de Telemarketing, también. Pero ¡Sorpresa!: si pones Jazztel (que son los que nos incordian el 80% de las veces) no aparece la empresa y, por tanto, no puedes enviarles ese comunicado para que dejen de molestarte. ¿Es esto legal?
Si les llamo sólo HIJOS DE PUTA creo que estoy siendo muy generoso.
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martes, 28 de agosto de 2012
lunes, 6 de agosto de 2012
Vivienda protegida a precio de vivienda libre
Con todo esto de la crisis se empiezan a detectar cosas
raras en el mercado inmobiliario.
Por un lado están los Ayuntamientos y Comunidades Autónomas,
con necesidad de ingresar dinero de donde sea. Así, vemos ya casos en los que
viviendas que tenían alquiladas son ofrecidas a los inquilinos para que estos
las compren a un precio que hace 3 años habría sido razonable pero que hoy,
según están las cosas, es abusivo. Pero si cuela, cuela.
Por otro lado están los promotores privados que de un tiempo
a esta parte no son otros que los bancos, que se han comido con patatas todos
esos inmuebles que eran de promotores a los que habían concedido préstamos pero
que han ido a la quiebra.
En este escenario, igual que Ayuntamientos y Comunidades
Autónomas quieren liquidez e intentan exprimir su stock inmobiliario, a los
bancos les ocurre algo parecido: quieren desprenderse de los activos embargados
y van soltando lastre, de momento poco a poco para no tumbar el mercado. Además, los bancos ofrecen preferentemente
préstamos a quienes compran sus inmuebles por lo que actúan como obstáculo para los potenciales compradores de vivienda protegida.
Esto es lo que nos lleva a la gran paradoja: viviendas protegidas a precio de vivienda
libre. Y una pregunta: ¿Veremos vivienda protegida más cara que la libre?
miércoles, 1 de agosto de 2012
Devaluación Interna
Le preguntaban el otro día a Carrascal por la crisis que
está atravesando España y decía que le parecía algo lógico porque lo que no era
normal desde que tenemos euros en el bolsillo es que un españolito fuera de
compras a Nueva York y le pareciera todo barato.
Detrás de esta reflexión hay mucho contenido y efectivamente
explica el proceso en el que estamos inmersos. España entró en el euro junto a
países muchos más competitivos y mucho más productivos, como Alemania, Holanda
o Francia. Los primeros años fueron duros pero llevaderos gracias a ese
inevitable efecto psicológico mediante el que inconscientemente aceptábamos
comprar cosas de escaso valor un 66% más caras. Así, todo lo que valía 100
pesetas pasó a costar 1 euro (166 pesetas) y aunque nos quejábamos, lo
asumíamos. Sin embargo los sueldos nunca crecieron un 66% pero daba igual
porque había crédito, ese fantasma propio del capitalismo que siempre ha vivido
entre nosotros y que hoy nos pasa factura. En ese escenario, la economía de USA
devaluaba su moneda frente al euro para ser más competitiva.
Recuerdo hace años, cuando estaba la peseta, que hubo
momentos en que para conseguir un dólar necesitábamos casi 200 pesetas. Pues
bien, hasta hace muy poco, por 1 euro nos han llegado a dar 1,5 dólares.
Estamos ante un ejemplo extremo de tipos de cambio en el que si añadimos el
efecto psicológico de pensar que 1 euro es igual a 100 pesetas, nos encontramos
con un españolito de shopping en New York comprando por 10.000 pesetas cosas de
150 dólares (que antes de la llegada del euro costaban 30.000 pesetas).
La situación actual no es más que el ajuste racional de las
economías. Los mercados tienden a equilibrarse automáticamente. Si España no
tuviera Euros ya habría devaluado varias veces la peseta para ser competitiva y
con una peseta débil las compras en Nueva York serían caras porque, como es
lógico, USA es un país más potente que
España. Pero como no podemos devaluar porque nuestra moneda es común con otras
economías, nos toca llevar a cabo un proceso de devaluación interna.
La devaluación interna se traducirá inevitablemente en la
pérdida de poder adquisitivo de los españoles por otras vías distintas a la
devaluación de la moneda, esto es, bajada de salarios, subida de impuestos y
bajada de precios generalizada. Los salarios bajarán porque cada vez hay más
paro y, por tanto, cada vez habrá más personas dispuestas a trabajar por menos
dinero. Los impuestos subirán porque el país está endeudado, como muchos
españoles que tiraron de crédito, y necesita recursos para pagar una deuda que
cada vez es más cara de financiar. Y los precios bajarán por el descenso de la
demanda interna (cada vez estamos más tiesos) y para atraer dinero de fuera.
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