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viernes, 23 de febrero de 2007

La entrevista a JM.García

Censura en la televisión pública

Me parece una vergüenza que en un país donde hace tiempo tenemos libertad de expresión, la televisión pública censure una entrevista a José María García en la que, por lo que he visto, no hay ni siquiera una palabra malsonante. Por suerte, el diario El Mundo nos pone hoy el espacio censurado en la siguiente dirección: [ENTRAR]

Según Televisión Española, la decisión de no emitir el pasado miércoles una entrevista a José María García dentro del programa La noche de Quintero se adoptó por contener "insultos y descalificaciones" a políticos, empresarios y periodistas.

Acabo de ver la entrevista censurada. Es un poco larga pero ha merecido la pena.

Si hay algo que caracteriza a la citada entrevista es la corrección y el rigor en la información, aspectos que un gran comunicador como García no nos va a descubrir a estas alturas. Es más: llama la atención lo comedido de sus palabras, teniendo en cuenta la cantidad de adjetivos que despachaba el periodista cuando tenía el programa deportivo de las noches, para deleite y cachondeo de quienes le seguíamos. Desde esa época, hay ciertos personajes que se han quedado con el apodo de “mindundi”, “abrazafarolas” o, uno que me hacía mucha gracia, “rapsoda boludo”, refiriéndose a Valdano. Puede que esos adjetivos sí se pudieran considerar insultos aunque el bueno de García siempre decía que estaba siendo generoso con el personaje aludido. Pero lo que han censurado en TVE no son insultos, señores.

En la entrevista salen a relucir las vergüenzas del panorama político español. Este es el problema y a los que están arriba no les interesa, sean del signo que sean. Nos pone de manifiesto, con pruebas y razones de peso, algo que yo ya tenía claro desde hace tiempo: que está todo podrido. El periodismo, como dice García, está continuamente tocado por los intereses de los políticos y hoy por hoy no existe la información plural. Además salen a relucir las prácticas mafiosas de los hombres más influyentes del país, como es el caso de Florentino Pérez.

Imagino que todo esto no habrá gustado al gobierno. Tampoco al presidente de TVE del que José María García dice que aún no ha demostrado nada bueno y que, para más INRI, procede del grupo PRISA-PSOE.

Tras ver la polémica entrevista (polémica por lo que ha ocurrido, no por lo que es) me pregunto cómo es posible que TVE haya decidido no mostrarla a los españoles, máxime teniendo en cuenta que el que peor parado sale es Aznar. Al final uno sospecha que el circo político es un compadreo, una farsa, y que no están engañando a todos. Lo importante es chupar del bote y que los españolitos nos rasquemos el bolsillo con nuestros impuestos para dar de comer (y algo más) a esa panda de chorizos que nos gobiernan.


sábado, 17 de febrero de 2007

Secuestro Frustrado

¡A por ellos!

De las dos películas que hay sobre el 11-S sólo hay una que merece la pena: United 93. En ella se muestra el drama vivido en el avión que los tres islamistas pretendían estrellar contra la Casa Blanca. Ese avión fue el único de los cuatro aviones secuestrados que no alcanzó su objetivo.

La versión oficial es la que vemos en esta película. Los pasajeros sabían que iban a morir y se enfrentaron con los secuestradores. Debido al forcejeo, el avió acabó impactando contra el suelo. La otra versión, la que muchos sospechamos, es que ese avión fue derribado por el ejército.

El que haya visto la película, seguramente se haya metido en la misma viviendo la angustia de los pasajeros y habrá llegado a una conclusión: lo mejor en ese momento era atacar a los tres secuestradores. Yo creo que es el claro mensaje del film, sin entrar en polémicas en cuanto a la versión oficial de los hechos.

Por tanto, siempre pensé que United 93 es una película útil en lo relativo a concienciación ciudadana. Contra esta gentuza que representa una continua amenaza sólo cabe la unión y el valor. Mucho más útil que las absurdas medidas de seguridad que han puesto en los aeropuertos, con el control de líquidos, fastidiando a los miles de usuarios que viajan todos los días.

El pasado jueves fue secuestrado un avión de Air Mauritania que volaba entre Nuakchot y Gran Canaria. Al parecer, el secuestrador, un mauritano de origen saharaui y que llevaba dos pistolas, exigió que el avión —que debía hacer escala en la localidad mauritana de Nuadibú antes de llegar a Las Palmas de Gran Canaria— aterrizara en París. Sin embargo, en medio de esas circunstancias y ante un descuido del secuestrador, un grupo de pasajeros logró abalanzarse sobre él y golpearlo hasta reducirlo.


sábado, 3 de febrero de 2007

El Spam Telefónico

invasión de la intimidad

El teléfono se ha convertido en una puerta trasera de acceso a nuestra intimidad. Las llamadas inoportunas son cada vez más frecuentes. Se habla mucho en el mundillo de internet del spam (o correo basura), que es esa práctica consistente enviar de manera masiva correos electrónicos no deseados, pero poco o nada se habla de las llamadas masivas a nuestro hogares ofreciéndonos ofertas de diversa índole.

Desgraciadamente, cada día es más frecuente que suene el teléfono de casa con remitente oculto (“número privado”) y que sea un teleoperador deseoso de vendernos algo. No importa la hora, no hay recato; la mayoría de las veces llaman a la hora de comer. No menos desgraciada es la situación de quien se presta a este trabajo que, por cierto (y por desgracia), es el que más abunda en el mercado laboral en la actualidad. En efecto, las plataformas telefónicas (más conocidas como call centers) están llenas de personas, dispuestas a trabajar por 800 euros al mes, cuya situación laboral pende de un hilo dada su inestabilidad.

El resultado es claro: personas amargadas en su trabajo se dedican a llamar a domicilios irrumpiendo en la privacidad de potenciales consumidores, la mayoría de los cuales les acaban mandando al carajo con cajas destempladas. Yo procuro (y recomiendo) ser suave a la hora de despachar al que llama aunque reconozco que a veces cuesta porque, como tiene que soltarte todo el rollo, no te deja ni intervenir en la conversación y te dan ganas de colgar sin más o saltarle una bordería. Otra opción es no coger esas llamadas de remitente anónimo pero quizá no sea la mejor porque esta gente, si no lo coges, insiste.

Miles de personas descontentas (trabajadores) y millones de personas molestas (ciudadanos). Y digo yo ¿quién gana con todo esto?