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miércoles, 28 de diciembre de 2005

El Discurso

objetividad

Detrás del mensaje del monarca el día de nochebuena hay un grupo de expertos que redactan con cautela aquello que no puede sentar mal a nadie, lo que podemos denominar "políticamente correcto". De ahí que hayamos logrado que los dos partidos mayoritarios coincidan en felicitar al rey por su discurso.

En esa línea se diseñó en su momento la Constitución Española, no exenta de ambigüedad en diversos temas. Estamos ante un discurso del que podemos discrepar en parte, en función de la ideología de cada uno, pero que es bastante objetivo dentro de lo que cabe y puede tomarse como un ejemplo en el escenario de crispación que vivimos desde que gobierna el polémico Zapatero.

No obstante hay que intentar leer entre líneas extrayendo los mensajes claros de la Casa Real, tales como la idea de nación o la necesidad de consenso. España es "una gran Nación" en la que, eso sí, existe una rica pluralidad y diversidad. Hay una Constitución y todo lo que se ajuste a ella será más integrador. Frente a las tensiones y las divisiones, la receta es moderación (en clara referencia las políticas extremistas de Zapatero) y sosiego (en referencia al PP) lo cual requiere un amplio consenso.

En primer lugar llama la atención que el rey haya hablado tanto de política. Está claro que algo está pasando y la cosa no está bien.

En segundo lugar, yo interpreto que para la Casa Real España es indivisible y los cambios que haya deben ser para integrar, no para desintegrar, y que, lejos de arrinconarlo, hay escuchar al partido que votaron 10 millones de personas para así lograr un consenso.

Finalmente, pedir a los dos partidos mayoritarios que recapaciten y centren sus iniciativas en lo que de verdad inquieta a los ciudadanos.


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