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martes, 12 de noviembre de 2019

La breve pero intensa vida de Ciudadanos


A lo que ha llevado el “diálogo” (que realmente no es más que una negociación de votos a cambio de favores y dinero) durante todos estos años ha sido a ceder competencias a las comunidades autónomas. Así, hace muchos años la Generalitat, entre otras cosas tiene plenas competencias en materia de educación y en las aulas desde pequeños les dijeron aquello de España nos roba cuando los que más estaban robando eran los Pujol. Ciutadans nace en Barcelona como partido cuyo objetivo es frenar la escalada del separatismo fruto de muchos años de adoctrinamiento en las escuelas de Cataluña y denunciar las prácticas corruptas de los gobiernos que ha venido teniendo la Generalitat. En la primera web se autocalificaban como un partido de centro izquierda. Ciutadans tuvo bastante éxito en Cataluña y pronto saltó a la palestra de la política nacional. Nace Ciudadanos.

El éxito de Ciudadanos tuvo su fundamento en la captación del voto de la izquierda moderada y de la derecha moderada. Ciudadanos fue capaz de arrebatar votos al PSOE (básicamente de antiguos votantes socialistas que reconocían abiertamente las nefastas políticas económicas del zapaterismo) y fue capaz de arrebatar votos al PP (antiguos votantes conservadores que no perdonan los casos de corrupción). De este modo, Ciudadanos no tuvo difícil ocupar el centro político y reforzó siempre esa posición con un planteamiento socialdemócrata con propuestas razonables muy alejadas de la incongruencia o la utopía mostradas por otras formaciones que igualmente aspiraban a acabar con el bipartidismo.

Pronto se ganaron el calificativo de "partido bisagra" respaldado por algo tan importante para convencer como es la sensatez. Rivera dio ejemplo de ello apoyando primero una investidura de Pedro Sánchez y después otra de Mariano Rajoy. Todo sea por facilitar la formación de un gobierno. También se ganaron otros calificativos como "veletas", todo hay que decirlo.

Pero llega la moción de censura de Rajoy y todo cambia. Irrumpe la codicia y se empieza a pensar en algo más que en ser un mero apoyo (y a la vez control) de la opción más votada. Es buen momento para aprovechar el declive de un PP machacado por la corrupción para hacerse con su electorado y aspirar a todo. Todos percibimos un replanteamiento en el carácter del partido, de hecho desaparece de su web la alusión al centro izquierda, comienzan a autodenominarse "liberales" y su posición en su lugar de origen, Cataluña, les invita a sacar a relucir su patriotismo de una manera bastante explícita. Debido a la tontería que hay en este país con el tema banderas, de partido moderado o en el peor caso veleta pasamos directamente a "fachas". Para colmo, en abril sale Rivera anunciando que jamás apoyará a Sánchez (haciendo amigos...). Rivera renuncia a sus votantes de centro izquierda y piensa más en engullir al PP. Primer error. 

El resultado electoral no es malo para Ciudadanos  pero no hay sorpaso que es a lo que aspiraba Rivera. Sánchez recupera los votos de centro izquierda y gana las elecciones. En ese momento una gran mayoría de españoles entendemos que la opción "menos mala" para formar gobierno era la de un PSOE alejado de comunistas, antisistema y separatistas. Y por otro lado es de suponer que más de la mitad de los votantes del PSOE pensaría que esa era la "mejor opción". Me estoy refiriendo al pacto PSOE-Cs. 

Pero no, Rivera ya dijo que no antes de las elecciones en lo que fue su primer paso hacia el abismo. Hay quien opina que Sánchez tampoco quería porque estaba convencido de que en noviembre mejoraría su resultado. Puede ser.

Como no podía ser de otra manera, la gente empieza a ver en el voto a Ciudadanos un voto inútil que fracciona a la derecha y favorece a los izquierdistas adláteres del sanchismo. El voto del centro izquierda ya estaba perdido y en la derecha, si soy moderado confío en Casado y si estoy hasta las pelotas de la progresía pulgosa que manda en el país, voto a Vox. ¿Ciudadanos, pa qué?

Llegados a este punto, tenemos un Parlamento radicalizado. Aunque la prensa pone el grito en el cielo con la irrupción de la "extrema derecha" no podemos negar que la "extrema izquierda" también está ahí y lleva aún más tiempo engañando a la gente y poniendo en peligro a la clase media trabajadora como demuestra la historia de todo país gobernado por sistemas comunistas. Aparte tenemos el problema de los separatistas. Y está a punto de desaparecer ese partido que un día fue "bisagra" o “veleta” pero luego quiso más. El mismo destino que sus antecesores, CDS o UPyD. Hoy los moderados se dicen “huérfanos” y vuelven a estar como han estado siempre: votando unas veces al PSOE y otras veces al PP, según vaya la economía.


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