Fernando González Urbaneja, presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, tachó de poco ético el hecho de que Sara Carbonero e Íker Casillas estuvieran demasiado cerca en los partidos de La Roja. La chica es reportera y su emplazamiento durante los encuentros era detrás de una portería, al parecer por disposición de la FIFA, lo que hacía que la novia del portero de la selección española estuviera muy próxima durante 45 minutos a éste, circunstancia anecdótica pero criticada por sectores minoritarios de la prensa aunque, he aquí la polémica, también por el presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid.
Urbaneja es un tipo que siempre ha intentado dar una imagen objetiva pero me temo que en este caso se ha convertido en lo que nunca le hubiera gustado convertirse, en el centro de la polémica. El caso es que después de ser zarandeado por la opinión pública y, sobre todo, después del beso público, ante todas las miradas de los televidentes, del flamante campeón del mundo a la periodista, ha tardado en pronunciarse y lo ha hecho de una manera poco afortunada.: "Debo de ser el único español que no ha visto el beso, pero en cualquier caso me parece que el foco de la noticia no está ahí".
A mi juicio no ha sabido rectificar ni salir airoso del paso. A eso se le llama no dar tu pata a torcer, detalle de otra cosa que, por su ideología progresista, a buen seguro nunca le hubiera gustado ser UN RANCIO.
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