Detrás del altísimo índice de fracaso escolar que hay en España se apuntan muchos factores pero sería conveniente mirar atrás para saber qué ha cambiado y qué está cambiando en nuestra sociedad porque son esas cosas las que a buen seguro habrán incidido negativamente en los niños.
Los niños de hoy tienen mucha más oferta de ocio que la que teníamos los que nacimos en los años 70. Están acostumbrados a que les den todo hecho y conviven con el consumismo que se respira diía a día donde lo que domina es el dinero. Por ello, cada vez será más raro encontrar al chaval que, cuando llegue a los 18 años, esté dispuesto a seguir otros 5 años más en la Universidad sacrificando su ocio y sin ganar un duro.
Además no debemos olvidar que estos chavales vienen precedidos de la generación de los pringaos a la que yo pertenezco: todos con "full equipe" (carrera, máster, idiomas, informática...) excepto los que en su día se vieron relegados a la Formación Profesional y hoy ganan 5 veces más. Vistos los resultados, normal que pasen de estudiar.
Luego está el clima que debe haber en los colegios. Recordemos que sólo en Madrid han entrado un millón de inmigrantes en los últimos años. Hoy un niño convive en clase con otros nuevos que han venido de fuera, en algunos casos sin haber pisado la escuela nunca. Es lógico que las dificultades de unos ralenticen la marcha de otros.
Finalmente, si uno ve que el que maneja pasta es el que sale en la tele porque su profesión es ser famoso y gana en 1 hora lo que un trabajador gana en 2 años, o el que le da patadas a una pelota una vez a la semana, o el que trafica con drogas, o el que se dedica a la política sin necesidad de tener un expediente académico bueno (véase el mismísimo Zapatero o su amigo José Blanco que fue un desastre de tío en su intento por alcanzar una licenciatura)... pues queda muy claro que los incentivos para estudiar no existen.
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jueves, 3 de diciembre de 2009
martes, 1 de diciembre de 2009
ANONIMATO
Vivimos en un mundo en el que ser anónimo es una ventaja. El que tiene carnet de identidad, número de afiliación a la seguridad social, número de identificación fiscal, número de cuenta bancaria y nómina es un pringado. A la mínima, te buscan te encuentran y te embargan. La inmensa mayoría somos eso: pringaos.
Pocos hay que se libran de la quema. Principalmente dos grupos: los indocumentados y los ricos. Yo a estos les considero gente que goza de más libertad que los demás. Es gente libre de verdad.
Un ejemplo de indocumentado sería un inmigrante ilegal que no habla o no quiere hablar nuestro idioma. En la mayoría de los casos cometen delitos de poca monta y como es mucho follón para el poli de turno llevarle a comisaría, preguntarle, etc, le dejan por imposible. Por el contrario, si cualquiera de los españolitos con nómina hurta un libro de El Corte Inglés, aparca en zona de estacionamiento regulado o se salta un semáforo, la ha cagado.
Un ejemplo de rico libre sería el empresario sinvergüenza que crea una sociedad, la lleva a la quiebra riéndose de proveedores y trabajadores, la liquida, luego crea otra y así sucesivamente. No es él quien hace el daño, “es la sociedad”. También los hay que utilizan testaferros para hacer de las suyas. El otro día había una señora llorando ante la tumba de su difunto marido… “Manolo, cuánto te echo de menos….” Y uno que pasaba por ahí le dijo: “Me parece que se ha equivocado, en la lápida pone Fernando”, a lo que ésta contestó: “No, no me he equivocado, es que no le gustaba tener nada a su nombre…”
Y esto es lo que no puede ser.
Pocos hay que se libran de la quema. Principalmente dos grupos: los indocumentados y los ricos. Yo a estos les considero gente que goza de más libertad que los demás. Es gente libre de verdad.
Un ejemplo de indocumentado sería un inmigrante ilegal que no habla o no quiere hablar nuestro idioma. En la mayoría de los casos cometen delitos de poca monta y como es mucho follón para el poli de turno llevarle a comisaría, preguntarle, etc, le dejan por imposible. Por el contrario, si cualquiera de los españolitos con nómina hurta un libro de El Corte Inglés, aparca en zona de estacionamiento regulado o se salta un semáforo, la ha cagado.
Un ejemplo de rico libre sería el empresario sinvergüenza que crea una sociedad, la lleva a la quiebra riéndose de proveedores y trabajadores, la liquida, luego crea otra y así sucesivamente. No es él quien hace el daño, “es la sociedad”. También los hay que utilizan testaferros para hacer de las suyas. El otro día había una señora llorando ante la tumba de su difunto marido… “Manolo, cuánto te echo de menos….” Y uno que pasaba por ahí le dijo: “Me parece que se ha equivocado, en la lápida pone Fernando”, a lo que ésta contestó: “No, no me he equivocado, es que no le gustaba tener nada a su nombre…”
Y esto es lo que no puede ser.
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