Gallardón... ¡No!
Si ya de por sí son desagradables los atascos que se forman a cualquier hora en la capital, no quiero ni pensar lo que será dentro de unos años aguantar uno dentro de un túnel. Me refiero al ambicioso proyecto que ha puesto en marcha el actual alcalde. Quizá la faraónica obra, junto con la idea de que en Madrid se celebren los Juegos Olímpicos de 2012, sean las causas de que nos esté crujiendo a impuestos. Diversos estudios hablan de un endeudamiento per cápita de varios millones de las antiguas pesetas y a pagar en 30 años. Vamos: que este tipejo nos ha hecho firmar una hipoteca.
Sinceramente, creo que los ciudadanos de Madrid tenemos otros problemas bastante más prioritarios y, al menos en mi caso, no espero que los políticos me los resuelvan porque soy enemigo del fenómeno del "parásito social". Pero lo que sí pido es que me ayuden a salir adelante, a enfrentarme con la difícil situación que vivimos, a poder comprar una vivienda, a poder hacer planes de futuro.
Sólo pido que me bajen los impuestos, que no me cobren por utilizar una calle que es de todos, y me dejen disponer del dinero que tanto me cuesta ganar. En definitiva, que si no disminuye la presión fiscal, al final habrá que replanterase las cosas, defraudar todo lo que podamos y encomandarse a nuestros queridos políticos para que sean ellos los que nos saquen las castañas del fuego pero, eso sí, con el dinero de otros.
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